jueves, 21 de diciembre de 2017

Solos

El sábado conocí a Enrique junto a la puerta de una conocida librería de Gran Vía. Es un hombre mayor, calculo que supera los sesenta años con creces, y está algo deteriorado. Ha vivido mucho y con intensidad. Se ha casado cinco veces (con una sueca, una italiana, una chicana y dos españolas) y tiene seis hijos (un solo chico, ya ves). Ha pasado por infinidad de lugares y habla varios idiomas, aunque el que menos le gusta es el inglés. Cumplió el servicio militar en Tenerife en 1975 y guarda muy buenos recuerdos de la isla: el clima, pasear por la calle del Castillo, ir de putas por Miraflores... Vivió en Suecia, en Italia y en Estados Unidos, de donde lo deportaron por ser persona non grata, pero ahora reside en Madrid.
Enrique es poeta. Cuando lo conocí el sábado estaba sentado en el suelo junto a la puerta de la librería. Delante de él había un cartel, escrito con letra irregular, en el que se podía leer "Regalo poemas" junto a un cazo de metal para recibir donativos. Estaba sucio, desaliñado, alcoholizado y solo. La gente que pasa por delante no se fija en alguien así sino para esquivar un bulto en la acera. Yo tampoco lo vi al entrar en la tienda, sino al salir. Una adolescente le estaba diciendo algo mientras sus amigas la apremiaban con la mirada. Me senté junto a él y estuvimos charlando un rato. Me leyó y me regaló uno de sus poemas titulado "Mendigos". Me contó sus aventuras de juventud y sus miserias de viejo. Nos reímos y nos apenamos juntos. Luego me marché en medio del tumulto y las luces multicolores de la avenida.
No sé por qué te cuento esto. Lo cierto es que creo que fui bastante idiota porque ni siquiera se me ocurrió ir a comprarle un café o algo de comer. Simplemente le recomendé que se abrigara, que en estas fechas hace mucho frío en la ciudad, ¡mira si soy estúpida! Sin embargo, acompasados mis pasos al ritmo del último verso, su voz rasgada sacude mi conciencia mientras el estridente bullicio navideño se esfuerza en acallar su recuerdo.

© Erminda Pérez Gil
#cuentosdeNavidad

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